POLICIA BRUTALMENTE AGREDIDO

Un nuevo ataque a un efectivo de la Policía del Chubut pone en evidencia la escalada de violencia que atraviesa nuestra ciudad. El hecho ocurrió en el barrio Pujol y terminó con un cabo herido y disparos contra personal de Infantería.
Puerto Madryn volvió a ser escenario de un hecho violento que pone en jaque no solo la seguridad ciudadana, sino también la integridad de quienes intentan resguardar el orden. En la noche del lunes, un cabo primero de la Policía del Chubut fue atacado brutalmente por un grupo de personas cuando intentaba intervenir en una pelea callejera en el conflictivo barrio Pujol.
Según trascendió, todo comenzó cuando dos grupos antagónicos se enfrentaban violentamente en plena vía pública. El uniformado, que se encontraba cumpliendo funciones de rutina en la zona, se acercó con la intención de disuadir la pelea. Sin embargo, lejos de calmar los ánimos, su presencia unificó la furia de los involucrados, quienes se abalanzaron contra él y lo golpearon hasta dejarlo lesionado.
Tras el ataque, los agresores se dieron a la fuga, pero la situación no terminó allí. Minutos más tarde, efectivos de Infantería arribaron al lugar y fueron recibidos con disparos por parte del grupo agresor. La persecución fue inmediata y terminó con la detención de uno de los implicados y el secuestro de un arma de fuego.
Este nuevo episodio se suma a una preocupante seguidilla de hechos violentos registrados en Puerto Madryn, y se da en un contexto especialmente sensible: aún resuena el reciente crimen de una mujer policía asesinada mientras cumplía con su deber, un caso que conmocionó a toda la ciudad y que dejó al descubierto la creciente peligrosidad que enfrentan los agentes en su labor diaria.
Las autoridades aún no se han pronunciado oficialmente sobre lo ocurrido, pero el clima es de creciente preocupación. La ciudad atraviesa un momento de alta tensión social, con hechos delictivos que se multiplican y un nivel de violencia que no cesa. La agresión a un nuevo integrante de la fuerza policial no hace más que confirmar una realidad que desde distintos sectores venimos advirtiendo: Puerto Madryn vive horas difíciles, y el Estado parece no estar logrando contener el deterioro de la convivencia urbana.
Los vecinos reclaman mayor presencia y respuestas concretas. Los policías, cada vez más expuestos, requieren no solo equipamiento y respaldo institucional, sino también políticas que enfrenten de raíz el avance del delito. Porque mientras la violencia se siga naturalizando, cada noche puede ser la antesala de una nueva tragedia.