ASESINATO DE MARCELA: ALGUN AVANCE
La herida que dejó el asesinato de la oficial Marcela Tagariello en el corazón de la comunidad aún no cierra. El crimen, ocurrido la noche del 16 de julio, conmocionó a toda la ciudad y encendió un profundo reclamo social que no se apaga: justicia. Mientras tanto, la investigación avanza con pasos decididos en busca de esclarecer los hechos y llevar a juicio al acusado, Lucas Entraigas.
Esta semana, la causa judicial dio un nuevo giro con la incorporación del Equipo Técnico Multidisciplinario (ETM) de la Procuración General, que comenzó a colaborar en la producción de pruebas clave, como los peritajes balísticos y genéticos sobre el arma secuestrada, que sería la utilizada para ultimar a la joven policía. La intervención de este cuerpo especializado aporta una mirada técnica y forense que robustece la estrategia del Ministerio Público Fiscal de cara a una pronta elevación a juicio.
La Fiscalía, encabezada por Alex Williams e Ivana Berazategui, tiene seis meses para presentar la acusación formal, aunque no se descarta que el proceso se acelere ante la contundencia de las pruebas reunidas hasta el momento: registros de cámaras de seguridad, testimonios, peritajes iniciales y el hallazgo del arma de fuego que presuntamente empuñó el agresor.
La muerte de Marcela no fue solo una pérdida en las filas policiales: fue el asesinato de una mujer que cumplía con su deber, que representaba al Estado, y que cayó víctima de una violencia criminal que no da tregua. Cada paso de la investigación es seguido de cerca por una ciudadanía que exige respuestas y clama justicia. Porque detrás de los protocolos judiciales, hay una familia destrozada, compañeros enlutados y una sociedad que no olvida.
El acusado, detenido a pocas horas del hecho, enfrenta cargos por homicidio doblemente agravado —criminis causa y por la condición de funcionaria pública de la víctima— en concurso real con robo agravado con arma de fuego. La única pena contemplada por el Código Penal en este tipo de casos es la prisión perpetua.
Las próximas semanas serán decisivas. Mientras la fiscalía continúa reuniendo pruebas técnicas, el dolor por la pérdida de Marcela sigue presente. La ciudadanía espera que el proceso judicial no solo condene al responsable, sino que también envíe un mensaje claro: que en Puerto Madryn, la vida de quienes cuidan a la comunidad no puede ser arrebatada impunemente.
